SENDA EL CASTRO

RECORRIDO

Se toma el camino a la derecha, hasta llegar a una calleja que parte de nuevo a la derecha, junto a una nave ganadera. Atravesaremos el camino empedrado, hasta incorporarnos a un tramo de pincha ancha para ascender hasta el puerto del Zamorano. Llegados a este, abandonamos la pista por la derecha y tomamos otra en mal estado. Progresivamente ganaremos altura hasta acercarnos al Castro, que aún conserva restos de viviendas y aljibes. Desde aquí podremos observar unas espléndidas vistas. Pasado el Castro, descendemos por un pronunciado pasillo entre rocas. El primer tramo del descenso lo constituyen terrazas y edificaciones pedregosas elaboradas por los pastores. El siguiente tramo lo componen trechos de bosque, olivares y terrenos pedregosos, hasta llegar a una calleja estrecha entre paredes de piedras y olivos, que a medida que descendamos se irá ensanchando, no más de tres metros, eso sí. Al final de dicha calleja llegaremos de nuevo a la ermita de San Blas, de donde partimos.